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MARMION, Beato Dom Columba, O.S.B.
Jesucristo, ideal del monje
Indice
Dom Columba Marmion (1858-1923)
Introducción
I Parte
I.– Buscar a Dios.
1. «Buscar a Dios», objeto de la vida monástica
2. En todas las cosas
3. A Él sólo
4. Frutos de esta busca
5. Jesucristo, modelo perfecto del que busca a Dios
Nota. Cómo se busca a Dios, según San Bernardo
II.– En pos de Jesucristo.
1. Cristo es el camino, por su docrina y por su ejemplo
2. Es el Pontífice supremo que nos une a Dios
3. La fuente de la gracia de donde hemos sacar los auxilios necesarios
4. Estas verdades son aplicables a la perfección religiosa: Jesucristo es el «religioso» por excelencia
5. La Regla de San Benito está impregnada de estas verdades: su carácter «cristocéntrico»
III.– «Creemos que el Abad ocupa en el monasterio el lugar de Cristo»
1. El Abad, representante de Cristo, debe imitarle como pastor
2. Como pontífice
3. Debe brillar por su discreción
4. Por su bondad
5. Actitud del monje respecto de su Abad: amor humilde y sincero
6. Docilidad de espíritu
7. Obediencia de acción
IV.– La familia cenobítica
1. Relaciones jerárquicas entre el abad y los monjes
2. Actividades propias de la familia monástica: la oración
3. El trabajo. Espíritu que debe informarlo
4. La observancia de la vida común
5. Relaciones mutuas entre los miembros de la familia cenobítica
6. Estabilidad en el monasterio
II Parte
V.– «Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe».
1. La fe vence al mundo
2. Cómo esta victoria es preciosa y de qué vida es preludio
3. La fe es también el principio de la perfección monástica y de la luz deífica con que debe resplandecer la vida del monje, como desea San Benito
4. Firmeza que la fe comunica a la vida interior
5. Ejercicio de la virtud de la fe y gozo de que ella es origen
VI.– La profesión monástica
1. La profesión monástica es una inmolación cuyo modelo es la oblación de Jesucristo
2. Tiene carácter de holocausto
3. Unión con la oblación que Jesucristo hizo de sí mismo
4. Bendiciones de Dios al que hace los votos religiosos
5. Necesidad de mantenerse fiel a las promesas juradas
VII.– «Los instrumentos» de las buenas obras
1. Por qué San Benito compara la vida monástica a «un taller espiritual»
2. Instrumentos que da para salir aventajados
3. Cómo debemos usarlos: diversas etapas
4. La operación divina en el trabajo ascético
5. El amor, móvil supremo de esta empresa
6. Frutos de una vida guiada por el amor
7. Energía perseverante requerida para alcanzar el fin
A. El desprendimiento
VIII.– La compunción del corazón.
1. La compunción, medio eficacísimo de evitar el pecado, es un sentimiento habitual de contrición
2. Lo que dicen los santos y la Iglesia enseña
3. Lejos de ser incompatible con la confianza y gozo en dios, la compunción los reafirma
4. Nos da fuerzas contra las tentaciones
5. Cómo debemos resistir a la tentación
6. Medios de conseguir la compunción: la meditación frecuente de la pasión de Cristo
IX.– La renuncia de sí mismo
1. La expiación del pecado incumbe, por motivos diversos, a Cristo y a los miembros de su cuerpo místico
2. Cómo se ejercita la renuncia: mortificaciones impuestas por la Iglesia
3. Mortificaciones anejas a la vida común y a la práctica de los votos
4. Mortificaciones que sugiere la buena voluntad y condiciones esenciales que requiere San Benito
5. La abnegación y renuncia no son sino medios: su valor depende de la unión con los padecimientos de Cristo
X.– La pobreza
1. Qué exige San Benito respecto a la pobreza individual
2. Cómo debemos esperar recibirlo todo del Abad
3. El ejercicio de la pobreza, inseparable de la virtud de la esperanza
4. Cristo, modelo de pobreza: carácter íntimo de su vida
5. Especiales bendiciones que Dios concede a los pobres de espíritu
XI.– La humildad
1. Necesidad de la humildad
2. Cómo la considera San Benito y lugar preeminente que le asigna en la vida interior. Naturaleza de esta virtud
3. El fundamento de la humildad, según Santo Tomás y San Benito, es la reverencia a Dios, a la cual el santo patriarca une la más completa confianza
4. Grados de humildad establecidos por San Benito; los dos primeros se refieren también a los simples cristianos
5. Grados esencialmente monásticos
6. Humildad exterior: su necesidad y sus grados
7. Cómo la humildad se concilia con la verdad y se asocia a la confianza
8. El fruto más precioso de esta virtud es disponer principalmente al alma para la abundancia de efusiones divinas y la caridad perfecta
9. Medios de alcanzar esta virtud: la oración, la contemplación de las divinas perfecciones y la meditación de las humillaciones de Jesucristo
10. Cristo asocia al alma humilde a sus celestiales exaltaciones
XII.– El bien de la obediencia
1. Cristo conduce de nuevo la humanidad al Padre por su obediencia; el cristiano debe asociarse a esta obediencia para llegar a Dios
2. También para el monje la obediencia es el camino que le lleva a Dios
3. Elevado concepto que tiene San Benito de la obediencia
4. Por qué la denominan un «bien»: «bonum obedientiæ»
5. Cómo esta virtud es medio infalible para adquirir la perfección
6. Cualidades que exige San Benito en el ejercicio de esta virtud: la fe
7. Vivir conforme al juicio ajeno. Fecundidad y grandeza de la obediencia guiada por la fe
8. La obediencia debe apoyarse en la esperanza
9. San Benito quiere que proceda principalmente del amor
10. Desviaciones de esta virtud; por qué San Benito condena con tanto ardor la murmuración
11. Cuidado que se ha de poner en ser perfectamente obediente
Nota
B. La vida de unión con Cristo
XIII.– La «obra de Dios», alabanza divina
1. Fundamento principal de la excelencia del oficio divino: el cántico del verbo en el seno del Padre y en la creación
2. El Verbo encarnado legó a su esposa, la Iglesia, la misión de perpetuarlo
3. La Iglesia encomendada a almas escogidas la parte más importante de esta misión
4. El oficio divino se convierte, mediante la palabra y el corazón del hombre, en el himno de toda la creación
5. Es un homenaje especial de las virtudes de fe, esperanza y caridad
6. Reviste un esplendor particular cuando lo acompaña el sufrimiento: «sacrificio de alabanza»
XIV.– El Oficio divino, medio de unión con Dios
1. Proporciona excelentes fórmulas de plegaria e impetración
2. Nos hace practicar muchas virtudes
3. Es el mejor medio de unirnos a Cristo
4. Disposiciones indispensables: preparación inmediata; intenciones por las que debe recitarse el oficio
5. Actitud del alma. Durante el oficio divino; respeto, atención y devoción
6. Exhortación final
XV.– La oración monástica
1. Importancia de la oración en la vida monástica
2. Cualidades que exige en ella San Benito; necesidad de la preparación
3. Carácter de la oración monástica en la vía purgativa
4. Carácter de la oración monástica en la vía iluminativa
5. Cómo el «opus Dei» es fuente pura de fecunda luz
6. Estado de oración en la vía unitiva
7. Medios que da San Benito para mantenernos en la vida de oración
8. Cómo esta vida debe constituir el estado normal del religioso en el claustro; frutos preciosos que produce
Nota
XVI.– El espíritu de abandono
1. Fundamento objetivo: la voluntad divina
2. En la Regla de San Benito se inculca de modo especialísimo
3. Cómo se practica
4. Es virtud especial para momentos de prueba
5. Es un homenaje muy grato a Dios
6. Singulares gracias que de él provienen al alma
XVII.– El buen celo
1. San Benito condena primeramente el celo malo
2. Actos de celo que desea sean practicados con los hermanos del monasterio: el respeto
3. La paciencia
4. Prontitud en prestar servicios
5. Diversas faltas contrarias a la caridad
6. El celo debe extenderse a toda la comunidad colectivamente
7. Diversos actos de celo para con las almas que viven en el mundo
8. Este santo celo tiene su principio en el amor a Jesucristo: «que en modo alguno antepongan nada a Cristo»
Nota
XVIII.– «La paz de Cristo triunfe en vuestros corazones»
1. Qué es la paz: la tranquilidad en el orden
2. Cómo nos conformaremos al orden divino
3. Es inalterable la paz que el alma encuentra en Dios
4. San Benito lo ha ordenado todo en su regla para hacernos hallar la paz
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Dom Columba Marmion (1858-1923)
Introducción
I Parte
Exposición general de la Institución Monástica
I.– Buscar a Dios.
Importancia del objeto de la vida humana
1. «Buscar a Dios», objeto de la vida monástica
2. En todas las cosas
3. A Él sólo
4. Frutos de esta busca
5. Jesucristo, modelo perfecto del que busca a Dios
Nota. Cómo se busca a Dios, según San Bernardo
II.– En pos de Jesucristo.
A causa del pecado, el «buscar a Dios» toma el carácter de «retorno a Dios», el cual se efectúa siguiendo a Jesucristo
1. Cristo es el camino, por su docrina y por su ejemplo
2. Es el Pontífice supremo que nos une a Dios
3. La fuente de la gracia de donde hemos sacar los auxilios necesarios
4. Estas verdades son aplicables a la perfección religiosa: Jesucristo es el «religioso» por excelencia
5. La Regla de San Benito está impregnada de estas verdades: su carácter «cristocéntrico»
III.– «Creemos que el Abad ocupa en el monasterio el lugar de Cristo»
El monje debe buscar a Dios siguiendo a Cristo en la sociedad cenobítica, cuya autoridad reside en el Abad
1. El Abad, representante de Cristo, debe imitarle como pastor
2. Como pontífice
3. Debe brillar por su discreción
4. Por su bondad
5. Actitud del monje respecto de su Abad: amor humilde y sincero
6. Docilidad de espíritu
7. Obediencia de acción
IV.– La familia cenobítica
Relaciones entre los miembros de la familia monástica, actividad y carácter de su vida
1. Relaciones jerárquicas entre el abad y los monjes
2. Actividades propias de la familia monástica: la oración
3. El trabajo. Espíritu que debe informarlo
4. La observancia de la vida común
5. Relaciones mutuas entre los miembros de la familia cenobítica
6. Estabilidad en el monasterio
II Parte
Punto de partida y doble carácter de la perfección monástica
V.– «Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe».
La fe en la divinidad de Cristo, fundamento de la vida monástica
1. La fe vence al mundo
2. Cómo esta victoria es preciosa y de qué vida es preludio
3. La fe es también el principio de la perfección monástica y de la luz deífica con que debe resplandecer la vida del monje, como desea San Benito
4. Firmeza que la fe comunica a la vida interior
5. Ejercicio de la virtud de la fe y gozo de que ella es origen
VI.– La profesión monástica
Para ser monje es necesario incorporarse a la familia monástica mediante la profesión religiosa.
1. La profesión monástica es una inmolación cuyo modelo es la oblación de Jesucristo
2. Tiene carácter de holocausto
3. Unión con la oblación que Jesucristo hizo de sí mismo
4. Bendiciones de Dios al que hace los votos religiosos
5. Necesidad de mantenerse fiel a las promesas juradas
VII.– «Los instrumentos» de las buenas obras
La profesión religiosa inaugura la verdadera vida monástica
1. Por qué San Benito compara la vida monástica a «un taller espiritual»
2. Instrumentos que da para salir aventajados
3. Cómo debemos usarlos: diversas etapas
4. La operación divina en el trabajo ascético
5. El amor, móvil supremo de esta empresa
6. Frutos de una vida guiada por el amor
7. Energía perseverante requerida para alcanzar el fin
A. El desprendimiento
(Reliquimus omnia)
VIII.– La compunción del corazón.
No se puede <
> sino removiendo antes los obstáculos que se atraviesan en el camino
1. La compunción, medio eficacísimo de evitar el pecado, es un sentimiento habitual de contrición
2. Lo que dicen los santos y la Iglesia enseña
3. Lejos de ser incompatible con la confianza y gozo en dios, la compunción los reafirma
4. Nos da fuerzas contra las tentaciones
5. Cómo debemos resistir a la tentación
6. Medios de conseguir la compunción: la meditación frecuente de la pasión de Cristo
IX.– La renuncia de sí mismo
A la compunción sincera deben corresponder actos de renuncia cristiana
1. La expiación del pecado incumbe, por motivos diversos, a Cristo y a los miembros de su cuerpo místico
2. Cómo se ejercita la renuncia: mortificaciones impuestas por la Iglesia
3. Mortificaciones anejas a la vida común y a la práctica de los votos
4. Mortificaciones que sugiere la buena voluntad y condiciones esenciales que requiere San Benito
5. La abnegación y renuncia no son sino medios: su valor depende de la unión con los padecimientos de Cristo
X.– La pobreza
El alma que busca a dios debe necesariamente renunciar a toda criatura y ante todo a los bienes materiales
1. Qué exige San Benito respecto a la pobreza individual
2. Cómo debemos esperar recibirlo todo del Abad
3. El ejercicio de la pobreza, inseparable de la virtud de la esperanza
4. Cristo, modelo de pobreza: carácter íntimo de su vida
5. Especiales bendiciones que Dios concede a los pobres de espíritu
XI.– La humildad
El orgullo es uno de los mayores obstáculos a las efusiones divinas: lo descarta la humildad
1. Necesidad de la humildad
2. Cómo la considera San Benito y lugar preeminente que le asigna en la vida interior. Naturaleza de esta virtud
3. El fundamento de la humildad, según Santo Tomás y San Benito, es la reverencia a Dios, a la cual el santo patriarca une la más completa confianza
4. Grados de humildad establecidos por San Benito; los dos primeros se refieren también a los simples cristianos
5. Grados esencialmente monásticos
6. Humildad exterior: su necesidad y sus grados
7. Cómo la humildad se concilia con la verdad y se asocia a la confianza
8. El fruto más precioso de esta virtud es disponer principalmente al alma para la abundancia de efusiones divinas y la caridad perfecta
9. Medios de alcanzar esta virtud: la oración, la contemplación de las divinas perfecciones y la meditación de las humillaciones de Jesucristo
10. Cristo asocia al alma humilde a sus celestiales exaltaciones
XII.– El bien de la obediencia
La expresión práctica de la humildad es para el monje la obediencia
1. Cristo conduce de nuevo la humanidad al Padre por su obediencia; el cristiano debe asociarse a esta obediencia para llegar a Dios
2. También para el monje la obediencia es el camino que le lleva a Dios
3. Elevado concepto que tiene San Benito de la obediencia
4. Por qué la denominan un «bien»: «bonum obedientiæ»
5. Cómo esta virtud es medio infalible para adquirir la perfección
6. Cualidades que exige San Benito en el ejercicio de esta virtud: la fe
7. Vivir conforme al juicio ajeno. Fecundidad y grandeza de la obediencia guiada por la fe
8. La obediencia debe apoyarse en la esperanza
9. San Benito quiere que proceda principalmente del amor
10. Desviaciones de esta virtud; por qué San Benito condena con tanto ardor la murmuración
11. Cuidado que se ha de poner en ser perfectamente obediente
Nota
B. La vida de unión con Cristo
(...et secuti sumus te)
XIII.– La «obra de Dios», alabanza divina
Dios todo lo hizo para su gloria; cómo el oficio divino procura esta gloria a Dios; San Benito lo llama con razón «la obra de Dios»
1. Fundamento principal de la excelencia del oficio divino: el cántico del verbo en el seno del Padre y en la creación
2. El Verbo encarnado legó a su esposa, la Iglesia, la misión de perpetuarlo
3. La Iglesia encomendada a almas escogidas la parte más importante de esta misión
4. El oficio divino se convierte, mediante la palabra y el corazón del hombre, en el himno de toda la creación
5. Es un homenaje especial de las virtudes de fe, esperanza y caridad
6. Reviste un esplendor particular cuando lo acompaña el sufrimiento: «sacrificio de alabanza»
XIV.– El Oficio divino, medio de unión con Dios
El «opus Dei», o la divina alabanza, es también un medio de unión con Dios y de santificación
1. Proporciona excelentes fórmulas de plegaria e impetración
2. Nos hace practicar muchas virtudes
3. Es el mejor medio de unirnos a Cristo
4. Disposiciones indispensables: preparación inmediata; intenciones por las que debe recitarse el oficio
5. Actitud del alma. Durante el oficio divino; respeto, atención y devoción
6. Exhortación final
XV.– La oración monástica
1. Importancia de la oración en la vida monástica
2. Cualidades que exige en ella San Benito; necesidad de la preparación
3. Carácter de la oración monástica en la vía purgativa
4. Carácter de la oración monástica en la vía iluminativa
5. Cómo el «opus Dei» es fuente pura de fecunda luz
6. Estado de oración en la vía unitiva
7. Medios que da San Benito para mantenernos en la vida de oración
8. Cómo esta vida debe constituir el estado normal del religioso en el claustro; frutos preciosos que produce
Nota
XVI.– El espíritu de abandono
El espíritu de abandono es una de las más puras formas del amor
1. Fundamento objetivo: la voluntad divina
2. En la Regla de San Benito se inculca de modo especialísimo
3. Cómo se practica
4. Es virtud especial para momentos de prueba
5. Es un homenaje muy grato a Dios
6. Singulares gracias que de él provienen al alma
XVII.– El buen celo
La vida de oración y de abandono en Dios es fuente de buen celo
1. San Benito condena primeramente el celo malo
2. Actos de celo que desea sean practicados con los hermanos del monasterio: el respeto
3. La paciencia
4. Prontitud en prestar servicios
5. Diversas faltas contrarias a la caridad
6. El celo debe extenderse a toda la comunidad colectivamente
7. Diversos actos de celo para con las almas que viven en el mundo
8. Este santo celo tiene su principio en el amor a Jesucristo: «que en modo alguno antepongan nada a Cristo»
Nota
XVIII.– «La paz de Cristo triunfe en vuestros corazones»
El don de la paz resume en nosotros todas las obras de Cristo: la paz corona la armonía toda de la existencia monástica
1. Qué es la paz: la tranquilidad en el orden
2. Cómo nos conformaremos al orden divino
3. Es inalterable la paz que el alma encuentra en Dios
4. San Benito lo ha ordenado todo en su regla para hacernos hallar la paz