Isaías 21,6-12
La esperanza nos sostiene
San Cipriano
Sobre los bienes de la paciencia 13 y 15
Es saludable aviso del Señor, nuestro maestro, que el que
persevere hasta el final se salvará. Y también este otro: Si os mantenéis en mi
palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres.
Hemos
de tener paciencia, y perseverar, hermanos queridos, para que, después de haber
sido admitidos a la esperanza de la verdad y de la libertad, podamos alcanzar
la verdad y la libertad mismas. Porque el que seamos cristianos es por la fe y
la esperanza; pero es necesaria la paciencia, para que esta fe y esta esperanza
lleguen a dar su fruto.
Pues
no vamos en pos de una gloria presente; buscamos la futura, conforme a la
advertencia del apóstol Pablo cuando dice: En esperanza fuimos salvados. Y una
esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que
se ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia. Así pues,
la esperanza y la paciencia nos son necesarias para completar en nosotros lo
que hemos empezado a ser, y para conseguir, por concesión de Dios, lo que
creemos y esperamos.
En
otra ocasión, el mismo Apóstol recomienda a los justos que obran el bien y
guardan sus tesoros en c! cielo, para obtener el ciento por uno, que tengan
paciencia, diciendo: Mientras tenemos ocasión, trabajemos por el bien de todos,
especialmente por el de la familia de la fe. No nos cansemos de hacer el bien,
que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos.
Estas
palabras exhortan a que nadie, por impaciencia, decaiga en el bien obrar o,
solicitado y vencido por la tentación, renuncie en medio de su brillante
carrera, echando así a perder el fruto de lo ganado, por dejar sin terminar lo
que empezó.
En
fin, cuando el Apóstol habla de la caridad, une inseparablemente con ella la
constancia y la paciencia: La caridad es paciente, afable; no tiene envidia; no
presume ni se engríe; no es mal educada ni egoísta; no se irrita, no lleva
cuentas del mal; disculpa sin limites cree sin limites, espera sin limites,
aguanta sin limites. Indica pues, que la caridad puede permanecer, porque es
capaz de sufrirlo todo.
Y
en otro pasaje escribe: Sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener
la unidad del Espíritu, con el vinculo de la paz. Con esto enseña que no puede
conservarse ni la unidad ni la paz si no se ayudan mutuamente los hermanos y no
mantienen el vínculo de la unidad, con auxilio de la paciencia.